Caminando por las casas de la Toscana no es difícil toparnos con pequeños y grandes tesoros, fruto del ingenio y de la laboriosidad del hombre. Y también en Prato no faltan de estos ejemplos.

Entre los palacios y los apartamentos del centro histórico, a pocos pasos de la plaza “Mercatale”, ofrece todo su esplendor la Catedral de Santo Stefano, el Duomo de la ciudad. Lo que más impresiona al turista son: la fachada en mármoles bicolor, una luneta en terracota situada sobre el pórtico y atribuida al taller de los ‘Della Robbia’, pero, sobre todo, el púlpito en la esquina derecha de la construcción.

Es a partir de esta saliente, llamada “pérgamo” y realizada por Michelozzo en el XV siglo, que cinco veces al año se exhibe al público la "Sacra Cintola" (o "Sacro Cingolo"): en Pascua, en Navidad, el primero de Mayo, en ‘Ferragosto’ (15 de agosto) y el ocho de septiembre.

La leyenda cuenta que esta tira de tela, con poco menos de un metro de longitud, de color verde y con hilos color oro es el cíngulo che la Virgen María donó a Santo Tomás Apóstol al momento de Su Asunción al cielo. La reliquia habría llegado a la Toscana, y de allí a Prato, gracias al peregrino Michele Dagomari.

Además, cada ocho de septiembre, día en el cual la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa celebran la Natividad de la Beata Virgen María, la exhibición de la "Sacra Cintola" es precedida por el Cortejo Histórico. Se trata de un desfile histórico en trajes de época en el cual participan también representantes de las ciudades de Florencia, Cortona, Arezzo...

Cerramos este capítulo de la guía turística señalando la presencia, al lado de la catedral, del Palacio del Obispado (“Palazzo Vescovile”), donde tiene su sede el Museo de la Obra del Duomo. La estructura conserva trabajos provenientes de la principal iglesia de la ciudad o ligados al culto de la "Sacra Cintola" (Sagrado Cíngulo).