¡Todavía una gira fuera de programa!
Después de Volterra y la Val di Cecina (para mayor información leamos el capitulo anterior de esta guía turística) está la vuelta de Lari y de su fortaleza, el Castillo de los Vicarios.

Fácil de llegar – si para nuestras vacaciones hemos escogido alquilar una villa en Pisa , serán necesarios 40/50 minutos de viaje en auto -, Lari es un antiguo pueblo, que en el curso del siglo XV llegó a su máximo esplendor.

Construida en una colina desde la cual es posible dominar gran parte del Valdarno, en el Medioevo fue el centro de las ambiciones territoriales de Pisa, Lucca y Florencia. A ganarla fue esta última que la elevó a Vicariato.

Su fortaleza, construida entre 1230 y 1287 por la familia de los Upezzinghi, fue al encuentro de imponentes labores de restablecimiento y se convirtió en sede de las habitaciones del vicario (de aquí el nombre Castillo de los Vicarios), del tribunal, de la cancillería y de la cárcel.

Y precisamente a la cárcel, ubicada bajo suelo en los subterráneos y llamada el infierno, está ligada la principal leyenda que se refiere al castillo: aquella del fantasma de Giovanni Princi, primero hecho prisionero y después asesinado en el interior de la estructura, que entre el 15 y el 16 de diciembre de cada año regresaría para reclamar justicia.

Leyendas aparte, de una cosa podemos estar seguros: si nos encontramos en Lari, acompañémonos de cerezas y macarrones toscanos, es más, para estos últimos sugerimos incluso una receta para experimentar en la cocina de nuestra villa vacacional en la Toscana: macarrones con salsa de “pinoli” (fruto de las piñas de pino), tomatitos, salvia y rosmarino.

¡Buen apetito!