Si transcurrimos unas vacaciones en una casa rural o en una villa en Siena , podremos encontrarnos con bulliciosos estudiantes universitarios.

La Universidad es, en efecto, una de las más importantes instituciones de Siena, una de aquellas “cosas que cuentan” de la cual escribe el estudioso y periodista Pier Francesco Listri, en su Diccionario Histórico de Toscana, y que “tienen por lo menos medio milenio de edad”.

Citada por primera vez en un documento del 1240, la Universidad de los Estudios de Siena, es una de las más antiguas de Italia. Sólo las de Boloña, Parma, Módena y Reggio Emilia son más antiguas.

Desde el segundo decenio del 1300 se encontró en fuerte expansión, sabiendo atraer a los estudiantes del ateneo de Boloña, que habían decidido abandonar la ciudad de las dos torres. Tanto que en 1357, finalmente, fue contada entre las universidades del Sacro Romano Imperio.

Superados diversos momentos de dificultad, como aquellos ligados a la presencia francesa en Toscana, a inicios del 1800 y la intención de cerrarla, expresada por un ministro del Reino de Italia, a fines del mismo siglo, La Universidad de Siena puede hoy en día contar con ocho facultades (Economía; Farmacia; Jurisprudencia; Ingeniería; Letras y Filosofía; Medicina y Cirugía; Ciencias Matemáticas, físicas y naturales; Ciencias Políticas) y 20 mil estudiantes provenientes de toda Italia.

Entre sus estudiantes y profesores célebres recordamos a Pietro Ispano, futuro papa Giovanni XXI, los políticos y ministros de la República, Luigi Berlinguer y Rosy Bindi, el periodista Ernesto Galli della Loggia y el histórico inglés Paul Ginsborg.