Las primeras noticias relativas a la Villa Le Corti se remontan a 1427 y están contenidas en los documentos del primer catastro florentino. Aquí está registrada la adquisición por parte de la familia Corsini de una torre construida en posición estratégica a lo largo de la línea de fortificación creada para defender la ciudad de Florencia de los ataques provenientes del sur.

La antigua torre fue sustituida en el Seiscientos por la villa que podemos admirar aún hoy, con sus torres gemelas, obra del arquitecto y pintor Santi di Tito. En la galería, en el interior de la villa, se pueden admirar los retratos de los miembros más importantes de la familia Corsini y una serie de emblemas aristocráticos con los cuales Tommaso Corsini hizo decorar numerosas habitaciones a finales del Ochocientos.

La villa está circundada por un jardín a la italiana y por un gran parque en el cual se encuentran un tabernáculo con frescos que se remontan al Trescientos y una estatua atribuida a Giambologna.

No lejos de la villa se encuentra la capilla gentilicia dedicada a Andrea Corsini, construida a fines del Ochocientos por el arquitecto Vincenzo Micheli.